El presidente de Paraguay, Santiago Peña, llegó a Jerusalén hace unas horas y ofreció un discurso en una sesión especial de la Knesset (Parlamento israelí), a través del cual dejó clara la postura de su Gobierno con respecto a las acciones de Israel contra los palestinos y árabes de todo Oriente Medio: «No abandonaremos a Israel».

«Cuando yo hice campaña, hice campaña diciendo que se iba a llevar nuevamente (la embajada de Paraguay en Israel de Tel Aviv a Jerusalén), y es lo que el pueblo paraguayo finalmente votó», dijo el mandatario para justificar la decisión en una entrevista con medios internacionales en París, antes de viajar hacia Israel.

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Se trata de una decisión contraria a la mayor parte de la comunidad internacional que mantiene sus embajadas en Tel Aviv, así como con muchos Gobiernos latinoamericanos que condenan el genocidio israelí en Gaza y la ocupación de los territorios palestinos durante más de 76 años.

El Presidente calificó el traslado como señal de amistad entre ambos países. No obstante, el Parlamento paraguayo no supo el motivo del viaje a Jerusalén cuando Peña notificó que viajaría durante días y estaría en Israel, y solo anunció que sería una visita oficial, recoge el diario ABC en el este.

En mayo de 2018, el entonces presidente Horacio Cartes trasladó la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, siguiendo la iniciativa y misma seña política que su homólogo estadounidense Donald Trump.

Ese mismo año, en septiembre, el nuevo presidente Mario Abdo Benítez la trasladó de regreso a Tel Aviv en un intento de mantener la neutralidad en el conflicto entre palestinos e israelíes. No obstante, el pasado año Peña manifestó a Benjamín Netanyahu su «determinación» de volver a trasladar la sede, y le solicitó que abriera la de Israel en Paraguay, lo cual se llevó a cabo hace unos meses.

De modo que este nuevo movimiento de Peña demuestra que su toma de decisiones está influida en gran medida por la voluntad política del actual dirigente del Partido Colorado, Horacio Cartes, así como su continuidad en la política de plegarse a la injerencia estadounidense en Paraguay.

El traslado de la embajada hacia Jerusalén por demás constituye una violación a decisiones de las Naciones Unidas, pues la organización ha establecido que una potencia ocupante no tiene soberanía sobre el territorio que ocupa; de modo que Jerusalén Oriental, territorio ocupado y que Israel pretende considerar como suyo, no está reconocido por la comunidad internacional.

Por demás, en múltiples ocasiones la ONU ha afirmado en resoluciones que el proyecto de asentamiento israelí en Jerusalén Oriental contraviene directamente la Cuarta Convención de Ginebra, la cual prohíbe a un país ocupante trasladar su población a las zonas que ocupa.

Haciendo caso omiso de dichas normativas internacionales, Santiago Peña demuestra su apoyo a la voluntad de Israel de asentarse en los territorios que ha ocupado mediante el desalojo, el asesinato y la limpieza étnica de miles de palestinos.

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